En Ecuador cada proceso en cualquier campo, sea una evaluación, calificación, selección, designación, regulación, implementación, contratación, fiscalización, hasta una investigación, detención o condenación en el marco de un juicio, sufre reparos a causa de cuestionamientos, difamaciones, impugnaciones o acusaciones, las cuales casi nunca tiene como motivo el interés público.
Parece que en Ecuador la gente no tiene confianza en nada ni en nadie. Hay un proverbio que dice; “Piensa el ladrón, que todos son de su condición”.