En Riobamba, todavía observamos la afluencia de ciudadanos desde las primeras horas de la madrugada, de lunes a viernes, esperando recibir atención oportuna y diligente, en medio del frío y la lluvia, la mayoría llega del sector rural, soportando estoicamente la inclemencia del tiempo.
Pero por qué seguimos siendo testigos de estas imágenes deplorables y humillantes en contra de la ciudadanía, cuando se podría desconcentrar los servicios al público, trasladando la responsabilidad a las delegaciones ubicadas en las cabeceras cantonales y parroquiales de la provincia, para evitar que la mayoría de ciudadanos que provienen especialmente de las poblaciones rurales, tengan que trasladarse hasta la capital de la provincia, gastando tiempo y dinero.
Además hace falta mayor información, socialización y talleres de capacitación para la ciudadanía campesina, porque muchos desconocen qué trámites deben cumplir, cuánto deben pagar y qué servicios presta esta dependencia pública.
Ahora que hablamos de modernización, mejor infraestructura, aumento de valores para un mejor servicio y eficiencia en la atención en el Registro Civil, esta triste realidad debe cambiar.