Mediante el Decreto Ejecutivo No. 660 de 5 de febrero de 2019 se ha producido una reestructuración operativa del Ejecutivo mediante la cual se crea un Gabinete Estratégico dirigido por el Secretario General de la Presidencia e integrado por el Vicepresidente y las Secretarías : Jurídica, Particular, Gestión de la Política e Interior, Comunicación y Relaciones Exteriores; además se crean los Gabinetes Sectoriales de lo Social, Recursos Naturales, Hábitat e Infraestructura, Seguridad, Económico y Productivo. Toda una macro estructura sin una asignación precisa de atribuciones y deberes, que ha dado lugar a muchas conjeturas, pues, no se define el papel de máxima jerarquía del Presidente de la República y su conexión con las decisiones estratégicas y sectoriales, por lo que se habla de un abandono de funciones que podría dar lugar a una revocatoria del mandato, o lo más grave, de un mecanismo desesperado para paliar pugnas internas.
Sea cual fuere la verdadera motivación del decreto de marras, si nos inquieta cualquier trasfondo político o humano , porque no está claro qué se pretende solucionar con estos gabinetes, ni qué vacío se quiere llenar, pues, sin determinación de reglas claras, las pugnas internas pueden profundizarse generando inestabilidad y mutuas desconfianzas , que pueden acelerar el desencadenamiento de la crisis económica, política y social represada.
Según la Constitución el Presidente de a es Jefe de Estado y de Gobierno; según el Decreto 660, tenemos la percepción de que han aparecido siete Jefes de Gobierno y que el Presidente solo sería Jefe de Estado, lo cual implicaría un verdadero desbarajuste.