Ante las denuncias de corrupción, el sector empresarial a la opinión pública

A todos los ecuatorianos nos ha conmocionado profundamente las graves denuncias de corrupción difundidas por diferentes vías, puesto que afecta lo más íntimo de una nación: sus valores morales y éticos. Particularmente, los gremios aquí firmantes y las empresas que representamos, una vez más, rechazamos con firmeza incuestionable los métodos utilizados por compañías como Odebrecht y ratificamos nuestro permanente compromiso para contribuir a erradicar la corrupción.

Para descubrir la verdad y sancionar a los responsables se necesita una investigación ágil, seria y rigurosa. En el escenario internacional, vemos cómo las autoridades de control avanzan con decisión y firmeza. Ecuador no puede ni debe quedarse atrás. Exhortamos a la Fiscalía General de la Nación, para que actúe con la celeridad que demanda una investigación de tal envergadura.
Para que nunca más se repitan actos de corrupción es importante que, por un lado, los responsables políticos y de control expliquen a la ciudadanía ecuatoriana por qué se han dado estos hechos ilícitos y han fallado las instancias de control. Los responsables deben ser sancionados con el máximo rigor de la ley y los mecanismos de control reforzados.

Para que el actual y el nuevo gobierno presenten resultados concretos y definan políticas públicas de cero tolerancia a la corrupción nos mantendremos vigilantes y exigentes. Esto implicará -entre otras acciones urgentes- promover una cultura de transparencia y honestidad en los distintos actores de la sociedad.

Para conseguir el anhelado crecimiento económico y la sostenibilidad del empleo en el largo plazo no se puede atentar contra la seguridad jurídica, la libertad y la transparencia. La corrupción -evidenciada en los distintos hechos que son de conocimiento público- es la más violenta, injusta e inequitativa forma de abuso a los principios de una Nación.

De cara al proceso electoral que se avecina, nos hacemos eco de las reflexiones de la Carta Pastoral de los Obispos del Ecuador en la que se señala que “No existen políticas ni políticos perfectos, pero es necesario elegir a aquellos que más se acercan al ideal de sociedad que, desde nuestros principios y valores, tenemos y deseamos”.  

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