Del Secretario

El Secretario de Comunicación dirigió esta carta a Ponto Moreno, Editor gráfico de EL COMERCIO.

La caricatura como forma de expresión política y quizá como un género periodístico es una extraordinaria manifestación de las ideas a través del humor. Un trabajo intelectual admirable desde la genialidad aguda o mordaz de la comicidad. Sin embargo, el equilibrio entre la opinión dibujada y la diatriba es frágil y algunas veces puede caer en el burdo trazo de líneas que llegan a la ofensa.

La caricatura publicada el sábado 2 de julio del 2011 de título 'La sabatina ya no es de todos' realizada por usted bajo el seudónimo de 'Luján' aparentemente es el ejemplo de una apreciación que lastima la dignidad de quien tiene un fuerte compromiso con la gente y pervierte la imagen de un acto legítimo de rendición de cuentas nunca antes manifestado con tanta responsabilidad.

Carlos Tovar, en su libro 'El dibujo humorístico' asegura: "La caricatura no se dirige de manera alguna a denigrar a la persona y no debe realizarse nunca para dar rienda suelta a sentimientos de animadversión personal. Por el contrario, la caricatura no hace sino retratar la realidad, exagerando, es decir, resaltando rasgos y tendencias que de hecho están presentes en el rostro del personaje. Una caricatura puede resultar ferozmente crítica, pero sólo será buena si en ella podemos reconocer que todos sus rasgos característicos son absolutamente realistas, no de un realismo mecánico o fotográfico, sino de un realismo que capta las tendencias para enfatizarlas por medio de la exageración". La caricatura en mención bajo este criterio, y en función de los hechos, posiblemente tiene el sesgo de los desafectos que rebajan el ingenio contenido en los espacios de humor político.

Le dejo estas reflexiones como parte del deber que tenemos todos los ciudadanos para respetar y hacer cumplir el artículo 66 de la Constitución que refieren al derecho del honor y buen nombre.

Nota de la redacción:

Según el Diccionario Esencial de la Lengua Española de la Real Academia, caricatura en su segunda acepción es: " Obra de arte que ridiculiza o toma en broma el modelo que tiene por objeto".

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