Mucho se ha venido hablando sobre la pésima atención que, a nivel nacional, siempre han brindado los hospitales y dispensarios médicos del IESS y, hoy más que nunca, esta ineficiencia se ha agudizado hasta colapsar, por la falta de previsión, los atracos y, como es obvio, a los terribles estragos y consecuencias de esta malhadada pandemia. Pero, no por ello, es menos cierto que los beneficiarios que padecen de otro tipo de enfermedades requieran también ser atendidos; caso contrario la mortalidad en el país, tenderá a elevarse sustancialmente, tanto por el covid-19 como por otras múltiples enfermedades subyacentes y crónicas. Este fenómeno está agravando aún más la trágica situación por la que atraviesan los adultos mayores (jubilados) que, por ahora, carecen completamente de atención e, incluso, de medicamentos esenciales que les permitan sobrevivir a este tipo de dolencias y enfermedades crónicas. Supe un caso concreto de una persona que luego de un accidente, requería una intervención quirúrgica urgente y no pudo ser atendida con la oportunidad del caso.
¿Dónde quedamos entonces los adultos mayores que hemos venido aportando por años al sostenimiento del Seguro Social y que, hoy por hoy, estamos desprotegidos pues, no somos merecedores de una cama ni siquiera en un caso de emergencia?… Mientras, irónicamente, los usurpadores de nuestros fondos gozan, ¿se divierten y despilfarran los sagrados dineros de los afiliados en países extranjeros?