Respecto a las investigaciones que siguen haciéndose en torno a la grave corrupción de ciertos colaboradores del Gobierno anterior, vale resaltar tres comentarios respecto a las bravatas de Glas y sus defensores:
1.- La insistencia de que ha sido permanentemente auditado en su gestión y la respuesta que ha recibido, en el sentido de que tales auditorías no tendrían ningún respaldo moral por haber sido realizadas por un prófugo de la justicia;
2.- La declaración del Contralor encargado, en el sentido de que Glas no puede afirmar que es un perseguido de tal Organismo, porque él como todos los ecuatorianos tienen la obligación de desvirtuar las responsabilidades establecidas en su contra, sobre todo si son penales;
3.- La proclamación de alguno de sus compañeros de partido, que él fue electo mediante votación popular, por lo cual debe entenderse que fue sometido a una minuciosa calificación ciudadana, porque de lo contrario no hubiera ganado las elecciones, olvidando que si estas anomalías se descubrían antes, los resultados hubieran sido totalmente diferentes.