En defensa del burro

Confieso que me ofendió el que se intente candidatizar un burro a asambleísta. Es que tuve un burro de mascota. Hugo era un burrito lindo, simpático y muy inteligente. Eso sí, cuando estaba sin oficio hacía burradas como destruir el jardín de la casa. Por eso lo teníamos cargando y transportando cosas y siempre demostró ser un excelente y leal trabajador. ¡Híjoles! Mientras escribo estas líneas me voy dando cuenta que ¡quizás si es buena idea que un burro lindo, simpático, inteligente, leal y trabajador nos represente! Yo voto por Don Burro. Viva Don Burro!

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