El día de hoy asistí al hospital del IESS con el propósito de que mi esposa sea atendida de un problema grave de obstrucción del riñón. Presenté los estudios realizados por médicos privados que avalan el diagnóstico. Me atendieron en emergencias, el médico Jorge Vera quien, una vez revisados los estudios, indicó que el hospital carecía de un catéter denominado ‘doble J’, necesario para la operación, y que se tenía que realizar una transferencia a una clínica privada. La condición era esperar al médico urólogo de apellido Zárate, quien apareció a las cuatro de la tarde, se llevó los exámenes por hora y media y manifestó que el caso no era urgente y ordenó que saquemos un turno para luego, bastaría con medicación.
Nos retiramos del hospital decepcionados con el sistema de seguridad social. La cirugía será en una clínica particular, ya que si esperamos que el IESS nos atienda moriremos esperando. La prepotencia debe ser sancionada.