La famosa ley de tierras, que AP discute en la Asamblea, no trae ningún beneficio para los agricultores por siempre olvidados por la tan vituperada partidocracia y ahora por la revolución ciudadana.
Además de no tomar en cuenta a los verdaderos actores del problema, los agricultores, sus opiniones no son vinculantes.
Además, no es cuestión de retacear los grandes latifundios improductivos en pequeñas parcelas en beneficio de los pequeños terratenientes, la mesa para que esté bien parada necesita de cuatro patas, si una falla, la mesa se viene al suelo…
El problema radica en la capacitación técnica que se le dé al productor: qué y cómo producir y el mercadeo de sus productos.