Después de los escándalos políticos, sociales y económicos, en el que se incluye a un Presidente retando a los puños a un asambleísta queda una pregunta suelta: ¿Qué pasó con los personajes que apoyaban la cultura y el progreso nacional? Parece una pregunta sin sentido a primera vista, pero nos hace reflexionar sobre el verdadero peso que le damos a las cosas. Si los medios de comunicación, en general, solo cubren las noticias escandalosas (véase el “pídele a Dios que te haga el milagrito”) y las personas concentran sus conversaciones en ello no se abre un campo de discusión para el futuro con una visión positiva. Es momento, siempre lo es, de dejar a un lado lo que estorba al progreso personal y general del Ecuador y concentrarse en lo que de verdad importa: la cultura.