El deseo de vivir es innato en el ser humano, cada célula lucha por crecer, desarrollarse. El niño desde que es concebido está en un constante crecimiento, luchando por desarrollarse y por vivir. Pretendemos arrebatar ese derecho natural a una criatura indefensa, que todavía no puede hacerse oír, porque los adultos y su madre no lo quieren hacer. Si somos capaces de impresionamos que haya gente que estudie planes para matar, me refiero a la reciente matanza en un cine en Denver en donde murieron, lastimosamente, inocentes, ¿por qué somos tan impávidos, tan sordos de corazón, que no nos damos cuenta que estamos debatiendo y apoyando una cultura de muerte hacia, así mismo, criaturas inocentes, que no se los puede culpar sino de querer vivir? Con el aborto no solo muere el niño, también la madre y por ende la sociedad.