La catastrófica actuación de nuestra querida Tri en estas últimas eliminatorias tiene un único e incuestionable responsable. Un DT boliviano-argentino que no solo se ha atrevido a denostar e insultar a periodistas, relatores y aficionados ecuatorianos que le hemos criticado, si no que a la final ha ofendido a todo un pueblo futbolero que nos esperanzamos en la clasificación al mundial de Rusia.
También el inefable Presidente de la FEF es corresponsable del rotundo fracaso por no tomar a tiempo la oportuna desvinculación del mencionado entrenador arguyendo razones de tipo económico.
Y al final, resultó la “crónica de una muerte anunciada” por todos los seguidores de la Tri, y como diría el solitario del ático de la década perdida, este par de ciudadanos resultaron ser muy limitaditos.
Ojalá el destino y una adecuada reorganización de la FEF, nos deparen mejores días.