Crisis carcelaria en el Ecuador
Una guerra sin fin se vive todos los días en las cárceles de mayor peligrosidad en el Ecuador, a causa de un sistema penitenciario obsoleto y corrupto, dejando como consecuencias muertes sangrientas entre los mismos reos, por tratar de conseguir el poder absoluto de las bandas del narcotráfico, y del crimen organizado asentadas en estas instituciones.
No existe verdaderamente un Centro de Rehabilitación principalmente para los delincuentes de mayor peligrosidad, donde puedan realizar actividades con oficios productivos, participar en espacios de cultura y vinculación social, para tratar de mantener su mente ocupada en labores útiles y beneficiosas.
A falta de un director carcelario de no conocer a fondo los problemas sociales, las dificultades conductuales y comportamentales de individuos corrompidos y violentos, y por complicidad de los guías, y a falta de una política pública para endurecer las leyes penales, los internos se encuentran completamente armados para ocasionar sus brutales y sanguinarios crímenes, por mantener su control en los pabellones donde habitan estos degenerados.
Ismael Aguirre Hidalgo
La verdad sobre el tren
En carta publicada este lunes 25 de octubre, y titulada “Recuperación del Tren”, el señor Bolívar Brito, además de cometer otros errores, sostiene que “uno de los vanos intentos de rehabilitar el ferrocarril fue la adquisición que se hizo en el gobierno de Borja que importó dos locomotoras de origen francés pero que no dieron resultado porque no se acoplaron a los convoyes”. Tamaña falsedad no puede dejarse pasar.
En beneficio de la verdad y de sus lectores, recuérdese que además de rehabilitar 13 locomotoras a vapor, 22 autoferros y 600 km de vía férrea tan solo el primer año de Gobierno, el gobierno del Dr. Borja importó 7 locomotoras electrodiesel francesas Alsthom Serie 2400, especialmente construidas para la vía férrea del Ecuador, con especificaciones precisas para la distancia entre las rieles y las demás características de la vía y los vagones. Todas fueron útiles, todas entraron en servicio de inmediato y han servido por décadas, como consta en la prensa y lo saben los ferrocarrileros.
Inclusive cuando el gobierno de Correa rehabilitó el ferrocarril, no adquirió locomotoras sino que empleó las que había comprado Borja, canibalizando algunas para usar sus repuestos en las otras, debido al deterioro por falta de mantenimiento.
Gonzalo Ortiz Crespo
Crisis o anarquía penitenciaria
Mucho se comenta y se escribe sobre la crisis penitenciaria como consecuencia de la corrupción, la delincuencia organizada y la inseguridad que vive el país; en ese contexto, los medios de comunicación continúan mostrando estadísticas realmente alarmantes, sustentadas en cifras oficiales de personas privadas de libertad muertas y respaldada por la tesis de que se trata de un enfrentamiento de bandas o carteles, en el que los fallecidos son “solo” personas privadas de libertad (delincuentes); sus familiares, los grandes olvidados. Ante eso es necesario ilustrar el origen de esta problemática y las posibles soluciones, lo que abordaré en varios capítulos.
Como primer punto, es necesario señalar que el Estado, a pesar de ser custodio de las personas privadas de libertad, (Art 676 del COIP), y el encargado de la Rehabilitación Social para tutelar sus derechos, promovió un retroceso en este ámbito, al eliminar un ministerio y crear el Servicio de Atención Integral (SNAI), organismo dependiente del Ministerio de Gobierno, (que resultó de la fusión de tres carteras de Estado: de Justicia, del Interior y Coordinador de la Política), el mismo que a su vez entregó la administración penitenciaria a funcionarios con formación coercitiva (miembros de la Policía Nacional); esto, a pesar de que el mismo artículo 685 del COIP, sólo les atribuye la seguridad perimetral (externa).
Como antecedente al mismo, el Código de Ejecución de Penas y Rehabilitación Social de 1982, creó el Sistema Penitenciario que sostenía la idea de tener un sistema de rehabilitación social menos inquisidor, bajo tres garantías: prelibertad (menos de las dos quintas partes de la pena); libertad controlada (tres quintas partes); y rebaja de la pena, (hasta cincuenta por ciento de la pena). Estas contenían características beneficiosas, en cuanto al tiempo de internamiento, manteniendo su procedimiento dentro del ámbito de derecho administrativo.
No obstante, con la vigencia del Código Orgánico Integral Penal, al ámbito del procedimiento penal, se logró la separación entre garantías penitenciarias y garantías penales, creando los jueces de garantías penitenciarias. Sin embargo, ante la falta de logística, el Consejo Nacional de la Judicatura optó por mantener la confusión con jueces que imponen penas y a su tutela, los derechos de quienes juzgan; mediante un sistema no sólo que no solo mermó el derecho de acceder a una garantía, sino que lo redujo a regímenes mucho menos beneficiosos: cerrado (internamiento total); semiabierto (60%) y abierto (80%), reflejándose en la falta de motivación de los privados de libertad.
Juan Carlos Izurieta Gaviria
¿ECU 911 o Teleconsulta?
Es una interrogante que me planteo cada vez que, tras solicitar asistencia del ECU 911, el call center desvía la llamada hacia el personal médico de turno. Le informo la situación de emergencia de un familiar con afectación cardiaca grave, con evidente complicación de su enfermedad crónica que requería, sin más demoras, la valoración en un centro hospitalario por personal médico especializado.
La primera sorpresa: la ambulancia está… pero no tiene médico. O en otra ocasión: la ambulancia está en mantenimiento, o se la llevaron al hospital base, o está viajando a otra provincia o, lo más indignante, no es una emergencia.
No me cabe otra explicación al hecho de pretender, la persona que me interroga, supongo médico, valorar la condición de morbilidad de un paciente, que ni siquiera conoce, y simplemente, considerando acaso mi neófita explicación, “autorizar” movilizar la ambulancia hacia el lugar de residencia del enfermo…porque sí es una emergencia. Absurdo.
Diego V. Pauta Suárez