Este invierno deja al descubierto la falta de importancia que le ha dado el Gobierno al sector agroproductivo, sin planificación, incapacidad de dirección, sin objetivos; es decir un abandono total al sector, en un país en donde es más fácil obtener dinero con juicios por atentar a la espiritualidad, que obtener un crédito para proyectos productivos en el BNF y la CFN y generar empleos, y parece insólito, para obtener un crédito le ponen cualquier pretexto para negarlo, como los burócratas no tienen crisis de sequías, inundaciones, caída de precios.
Claro, tienen sueldo cada fin de mes con todos los beneficios y vacaciones, entonces, ¡qué les va a importar el sector agroproductivo!
A este Gobierno en menos de un año que le queda es física y técnicamente imposible hacer lo que no se ha hecho en cinco años, no se puede hacer tratados comerciales no porque no se pueda sino que no tenemos con qué, ojalá el próximo Gobierno que venga no se dedique a confrontaciones absurdas perdiendo el tiempo y mire al sector agroproductivo como lo que es un potencial generador de empleos, divisas, aliento, oportunidad de colocarle al país en un umbral económico razonable digno, participativo.
Mientras que a los campesinos no nos queda de otra que migrar a los centros más poblados y sobrevivir comercializando informalmente en esquinas y semáforos, alimentos importados de países que sí tienen la capacidad humana, técnica, física, económica de sacarle provecho al sector agro-productivo y llevarse nuestras divisas.