Los temas de carácter político y la rampante corrupción nos han mantenido tan ocupados a los ecuatorianos y, particularmente a nuestros gobernantes, que después de diez meses del gobierno de Moreno recién estarían por presentar su plan económico.
Así las cosas no hemos tenido tiempo ni para mirar que es lo que está sucediendo a nuestro alrededor en cuanto a los avances en tecnología e innovación que está llevando al mundo a niveles de desarrollo jamás imaginados: impresoras 3D, turismo espacial, educación inversa, vehículos sin conductor, drones comerciales, los robots, materiales autosaneables, internet de las cosas, Big Data, relojes que toman el pulso cardíaco, y un largo etc. ¡estamos totalmente rezagados!, entonces ¿qué hacer? Aprovechando la tecnología moderna, el internet, y la globalización, nuestro país debe entrar de lleno en la economía del conocimiento, y entendamos, el gran dilema del siglo XXI no será “socialismo o muerte”, ni “capitalismo o socialismo”, ni “Estado o mercado”, sino uno menos ideológico : innovar o quedarnos estancados, o para ponerlo en términos más dramáticos: crear o morir.