Ninguna consultora en su sano juicio se equivoca al hacer un presupuesto en el 70% del costo. Y ningún técnico en su sano juicio lo acepta como un simple error, disculpando a los responsables.
Lo que se descubre con el costo real del Metro -según el promedio de los ofertantes- no es un error cualquiera. Es una infamia en contra del pueblo de Quito. Todos sabemos que ese sería recién el costo inicial de la obra y que, como de costumbre, será incrementado y reajustado durante la ejecución .
La anterior administración se llenó la boca proclamando las virtudes y beneficios de este proyecto, cuando muchos opinábamos que era más práctico y económico hacer un transporte en superficie como el tranvía de Cuenca, mucho menos costoso y con mejores tarifas para el usuario.