30 años de experiencia como Ing. de sistemas en IBM del Ecuador, me permiten conocer las posibilidades de poder usar la base de datos del CNE, que solo en el departamento de Informática se puede manipular y solo quien tiene acceso a la clave de seguridad. El ‘software’ puede ser seguro y correctamente programado, pero la información que en el sistema de control de firmas se introduzca depende del cerebro humano, que nunca podrá ser reemplazado por ningún computador, por más eficiente y de última tecnología que sea, de manera que si basura se introduce, basura será procesada, no siendo este el caso, pero lo importante es concluir que la información puede ser manipulada por quien la controla y eso estoy seguro es lo que ha sucedido en el departamento de sistemas del CNE, donde hay un responsable de la clave del sistema de firmas.
Jamás en forma externa pueden haber manipulado la base de datos; de forma que una persona que labora dentro de la institución comprometió a la misma, ofertando la base de datos a empresas encargadas de obtener las firmas de adhesión para los partidos políticos o movimientos, habida cuenta que nunca vimos personal encargado de recolectar firmas para nadie. De manera que tan culpable es el CNE como las firmas contratadas, que adquirieron la base de datos e indiscriminadamente eligieron adhesiones de ciudadanos sin que ellos se hayan percatado de tamaño despropósito. No estoy personalizando culpables, sino señalando lo que pudo haber sucedido, siendo las investigaciones o auditorías las encargadas de descubrir culpables en este grave problema electoral.
Lo más grave del caso son las consecuencias que trae como colación, pues, si tan fácil fue exportar la base de datos del CNE, imagínense cuán fácil será realizar un fraude electoral con personal irresponsable, por decir lo menos, que labora en el CNE. De manera que será sencillo ser elegido quien sea el mejor postor, una vez que la clave del sistema caiga en manos de alguien que solo busca llenarse los bolsillos, sin percatarse del daño tremendo que hace a la democracia y la vergüenza que sufrimos los ecuatorianos con esta clase de personas. En mi concepto, el CNE ha perdido la calidad moral para continuar con el proceso electoral, por no haber detectado a tiempo este incalificable hecho, que pone en mal predicamento al Gobierno nacional.