Se planifica una reunión en la OEA para el 10 del presente mes para tomar una resolución final sobre el reconocimiento de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. En mayo del 2018 se realizaron elecciones presidenciales amañadas en las que el actual mandatario venezolano ganó y en las que hubo un 50% de ausentismo del electorado, suficiente como para ser aceptada por el poder electoral entregado a las mañoserías de la revolución chavista , unas Fuerzas Armadas cubanizadas y corruptas y una procaz Asamblea Constituyente liderada por los más conspicuos personajes de una revolución que mantiene a su población en condiciones similares a cualquier tugurio y a quienes ofrecen alimentar y proteger con cánticos revolucionarios y balas rusas.
Están convocados los países que ya tomaron la postura de no reconocer el resultado de esas elecciones y los que la aceptan por su afinidad ideológica.
También están invitados los que ya consideran que es un hecho consumado internamente en Venezuela. Estos son los más irresponsables, los convidados de piedra de los organismos internacionales que hacen número y nada más, que suelen abstenerse regularmente para no tomar postura ante eventos como el que se va a tratar en los próximos días y que claramente afecta el sistema democrático continental.
El juego a Cuba y sus secuaces es demasiado peligroso.
Alfredo Gallegos Chiriboga