¿Quíen controla al controlador?
Con la triste situación ocasionada por la pandemia, nos hemos familiarizado más con la delincuencia organizada que con la solidaridad humana, el respeto a la muerte digna y a los valores intrínsecos. La víctima, el pueblo, la mayoría, encarcelado más de 40 años por jorgas de corruptos y/o incapaces, estos sobran en Ecuador. Este lastre comienza a tocar fondo y a reaccionar con una crítica severa al tradicional, pernicioso y obsoleto modelo de control, sin planificación ni objetivos, instituciones que no realizan su trabajo con profesionalismo y honestidad, oficinas creadas para rastrear las rutas del dinero sucio, politizadas, son hoy cómplices de perder recursos millonarios, evasión y elusión tributaria, exoneraciones y condonaciones a medida, empresas públicas en liquidación y vendidas a precio de “gallina bien enferma”, olvidarse la ley de extinción de dominio, no controlar las declaraciones patrimoniales ya empolvadas, del despilfarro como modelo de gestión, de aplicaciones legales olvidadas como la “repetición”, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y más. El proceso de pérdida del miedo debe inaugurarse, porque la verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio. Seré puntual: La Contraloría con un aparataje de profesionales realizan exclusivamente exámenes “post morten”, es decir reportan informes o de autopsias de delitos ya consumados a la Fiscalía y listo, un “lavado de manos olímpica” con una contribución “patriótica” para colapsar a la FGE. Su titular seguirá llorando que le ha quitado su anterior jefe las atribuciones especiales como es el “control previo”. A la CGE sugiero un cambio de nombre, “Revisor de delitos estatales”. Igual, la Procuraduría, es el Abogado del Estado, controla y legaliza todos los contratos del Estado. ¿Qué hará? No sé, lo que si tenemos claro es que nuestros recursos se llevan en negocios amañados, avionetas, sacos de yute, transferencias a vista y paciencia de los controladores. Las otras instituciones de control, Bancos, Cooperativas, Compañías, el Cpccs, Tráfico Aéreo, compras públicas y otras, grandes ausentes o tal vez ya desaparecieron. El único personaje que ha dado la cara con valentía, honor y coraje es la Fiscal, pero resultará con el tiempo ser la víctima de las “vivezas e inacciones de las instituciones.