Ninguna actividad en el hombre es perfecta, por lo tanto es susceptible de error. A pesar de los avanzados sistemas de organización operacional o gestión administrativa, suceden errores de distinta naturaleza, por lo que se hace indispensable un continuo control administrativo y de auditoría para que ayude a la planeación y a la administración, con el fin de que sea ejecutada en forma eficaz. La Controlaría debe ser un ente independiente para que a través de sus análisis y exámenes realizados establezcan normas que corrijan errores repetitivos que perjudican el normal desenvolvimiento de una entidad o empresa. Evita el despilfarro de fondos en actividades ajenas a sus actividades, establece normas para que sus inventarios, por ejemplo de medicinas, estén siempre a disposición de quienes lo necesitan. Si es una entidad de servicios, por ejemplo los hospitales, vela porque sus actividades sirvan a quien requiere en el momento oportuno y de una manera óptima. Evalúa las obras realizadas para que sus resultados sean óptimos. Establece normas de control interno, entre las que ubican las responsabilidades de cada miembro con el fin de evitar excesos en las entidades.