Estamos inmersos en un totalitarismo real dentro de una república ficticia; el caos institucional es evidente; la sensación de inseguridad y frustración amedrenta a la población; y la ausencia de cuadros dirigentes creíbles represa un inminente estallido social; en este panorama la reelección del caudillo es un hecho, y quienes creen que en comicios unipersonales lo van a derrotar, están totalmente errados, pues aún logrando una candidatura única de oposición, el escenario caótico y la falta de escrúpulos en el ejercicio del poder omnímodo, benefician al caudillo mil a uno. No podrán detener el aluvión caudillista con comicios unipersonales. La única alternativa es la convocatoria a Asamblea Constituyente por consulta popular solicitada por el 12 por ciento de los inscritos en el registro electoral, como determina el art. 444 de la Constitución vigente; Asamblea que restablecerá la institucionalidad republicana de la Constitución de 1998, la reformará estableciendo la moral y la justicia, creando mecanismos para el inicio de un proceso de moralización nacional, recuperando el enriquecimiento ilícito de las emergencias corruptas. Solo así se derrotará al caudillismo. Estamos a tiempo.