Construir enemigos en serie

En “Construir al enemigo”, Umberto Eco insiste en tener a mano un villano a quien culpar de nuestras propios errores (chivo expiatorio, cabeza de turco, etc.) y si ese ser perverso no existe, “habrá que crearlo”.

Por eso, el aparato de propaganda de Revolución Ciudadana fabrica villanos en serie: “la prensa corrupta”, “la partidocracia”, “el imperio”, los “ecologistas infantiles”, “los vampiros de la banca” y ahora “la restauración conservadora”.

Pero pareciera que para crear a todos estos malvados, el Gobierno pareciera haberse estado viendo en un espejo. Es como el borracho que ve a todos en estado etílico o el ladrón que cree que todos son de su condición. Este síndrome (de acreditar los defectos propios en los demás) en psicología se llama “proyección”.  

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