Constitución en soletas

Los ecuatorianos conscientes nos resistimos a admitir cómo, en poco tiempo, van cambiando las promesas, los conceptos e intereses de los políticos y cómo, en forma soterrada y paulatina, se va destrozando la Constitución dejándola, aparentemente, “en soletas”.

Lo que significa que la elevada inversión que se hizo en Montecristi para su supuesto análisis y aprobación, resultó poco menos que infructuosa. Y no podía ser de otra manera, pues al país le “sobra” el dinero, con tanto impuesto.

Cuán inaudito es pensar que un representante serio como lo es el actual Presidente, no mantenga firme su oferta pública de no acceder a la reelección, bajo la promesa de retirarse “a descansar” después de una ardua y agotadora jornada, con el fin de dejar la “vía libre” para que otro ecuatoriano de mente lúcida y energía renovada le pueda tomar la posta y continúe su revolución.

¿Por qué, entonces, no respetar la voz soberana del pueblo y someter tal decisión a una consulta para, al menos, conocer su importante opinión?

Confiamos en que, ante el visible malestar y el clamor ciudadano que se opone, terminantemente, a estos “mamotretos” en que, así como se consultó al pueblo sobre asuntos de poca o ninguna importancia (corridas de toros, peleas de gallos, casinos, etc.) ahora se le encargue la responsabilidad de decidir sobre este delicado asunto, al tiempo que se le brinde la oportunidad de elegir, democráticamente, a sus mandatarios y más autoridades de elección popular.

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