El Gobierno trata de solucionar la renuncia masiva de los médicos ecuatorianos contratando médicos extranjeros. Algunos dicen que los médicos cubanos son malos y que Cuba no tiene recursos para abastecer sus hospitales con los mejores equipos. Pero el problema no radica en el síntoma sino en la raíz, que no es la calidad, ni siquiera las nuevas leyes, sino la aplicación de las leyes, en la que nuestros médicos, obviamente, no confían. Y las razones están a la vista.
Entiendo la decepción que hoy sienten nuestros médicos que, luego de muchos años de sacrificio de carrera universitaria y profesional, se encuentran en una encrucijada y muchos querrán abandonar el país, que con amor han servido. Sin embargo, luego de la imposición de la ley y las renuncias, esperemos que surja el bien. Sugiero concentrarse en el diálogo, exponiendo claramente las razones de su desconfianza y lograr una solución aceptable para todos, no será un camino corto, pero han empezado a recorrerlo.