Se dice que todo cambia, que todo está en movimiento. Pero la Ley de Tránsito, a mi parecer, es la que más cambia, y para que, para nada. Mientras no exista una conducta responsable en los choferes y las autoridades, lo único que se puede apreciar es que encontraron una mina de oro, que aún no saben cómo explotarla. Al paso que vamos tener un vehículo va a ser motivo de contravención, pues contamina. Estas famosas reformas no han reducido el índice de accidentes, heridos y muertos. Deberían depurar a todas las escuelas de conducción, exigir un perfil más exigente. Pues no tienen idea de qué es un automotor. Hasta el momento no se ha sancionado a los que más producen accidentes, que son los llamados profesionales. Esto es cuestión de actitud y de aptitud, y para eso es necesario cultura y educación. Es necesario que se aplique la ley que se tiene y no estén jugando con la misma.
Autos sin placas, llantas lisas, faros de xeñón, parabrisas trizados, lunas rotas, autos mal estacionados, uso de celulares y todas sus aplicaciones, alcohol y drogas , equipos de sonido y publicidad que tapa la visibilidad, etc.