Los ecuatorianos nos sentimos indignados con estos desparpajos de concursos para elegir autoridades que en realidad son un engaño sutil y científico que nos imponen de una manera falaz.
Qué pasa que no interviene el Presidente ni la misma justicia que a vista y paciencia estos títeres que conforman las comisiones actúan alegremente para favorecer a los “íntimos” de altos funcionarios del Gobierno, casos concretos los consejeros electorales y el Defensor del Pueblo. El descaro ha llegado a tal extremo que Gustavo Jalkh ha impuesto sus tres candidatos en los tres primeros puestos para la Defensoría, tamaña desvergüenza.
Ahora que el Presidente ha solicitado la renuncia de sus ministros debe tomar muy en consideración las actuaciones de estos funcionarios que desacreditan su gobierno. Actúe con firmeza y justicia economista Correa para que el pueblo no tenga la mínima duda que usted no es cómplice de esta farsa, porque estos procesos de transparencia no tienen nada.