Nadie sabe qué es comunismo. Nadie sabe qué es socialismo. Las filosofías políticas se han deshumanizado y solo aparecen tiranos, que no saben quiénes son, ni para quién gobiernan. No ven más allá de sus narices, pues no los dejan. Grillos ambiciosos no los permiten y es más, se desvían de su objetivo y se creen dueños de cada país donde el pueblo, crédulo se los ha entregado ¡ya, basta ya! No existe el comunismo, no existe el socialismo. Existe el ser humano que puebla nuestro único mundo. El ser humano debe ser tratado como tal, fuera de políticas, de partidos, de tendencias, de rivales, de glorias.
Cuándo se comprenderá que la misión de un gobernante es sublime; implica al ser humano, su entorno y su hábitat. No es solo gobernante de un pueblo, la mayoría, de pobres, es de la soberanía de la naturaleza y del ser humano que debe ser parte de una bella naturaleza, donde pueda alimentarse y ser feliz. Caso contrario se convierte en un lugar de la piratería, de la transfiguración galopante de la sociedad, de los conceptos, finalmente, de los hechos. Dicen una cosa, tratan de imitar y nada es real. Así, no podemos competir.
Es el mundo de la metamorfosis, de los fantasmas, donde nada es cierto. Un país en crisis se metamorfisa gracias al marketing, que transfigura la realidad. La sociedad debe buscar al líder, al alfa. ¿Dónde está ese transformador? Ahora que el líder es el PhD, que no es un alfa, que lo han hecho en serie, sin saber luego, qué haremos con ellos. Pues en teoría, es el que manda y ordena en una sociedad.