Desde el inicio de la vida en nuestro planeta los elementos naturales ayudan a que todos los seres vivos tengan alguna forma de comunicación, la que es indispensable para su evolución y subsistencia, la libertad y desenvolvimiento de las distintas especies dependen del grado de comunicación que ellas puedan alcanzar, la misma naturaleza les provee a unos de un mejor oído, tacto, vista, gusto u olfato, según sea el medio en que logran sobrevivir.
En nosotros los humanos se suma un nuevo elemento que es nuestro libre albedrío, el mismo que nos da discreción para poder elegir lo que es más conveniente para nuestra evolución y grado de desarrollo. La censura previa trata de parar este flujo normal, necesario en la vida, esta causaría retraso y entorpecimiento en las acciones humanas, es por eso que la Comisión Interamericana de los Derecho Humanos (CIDH) y la Declaración Universal de los DD.HH. son necesarias para garantizar la libertad de todos.