La historia de los combustibles para automóviles producidos en Ecuador no posee ninguna distinción ni aporte al cuidado de los motores, más bien todo lo contrario, de echo sólo basta hacer una encuesta de los cientos de negocios dedicados a la venta de partes y piezas internas para motor de una veintena de marcas así como rectificadoras de los mismos y comparar con la vecina Colombia en donde sus combustibles gracias a la calidad y octanaje adecuados les ha permitido ahorrarle a sus ciudadanos millones de dólares en gastos innecesarios del corazón de sus respectivos vehículos.
En Ecuador la corrupción, la falta de seriedad de los gobiernos de turno que han administrado y politizado la refinería a lo largo de los últimos 40 años han generado estos problemas que redundaron en el bolsillo de los ecuatorianos dicho esto el quitarle el subsidio a la gasolina súper repercutirá aceleradamente en lo antes descrito, no hay un balance entre lo que el estado cobra en aranceles a grandes y pequeñas marcas versus la calidad del combustible que les provee para que se cubran garantías y durabilidad para los compradores.
Quizás con un incremento estricto y periódico en el control de calidad de las gasolineras se ayude a garantizar una gasolina extra de mejor calidad y pureza así como del diésel, o producir una sola nafta con el octanaje adecuado como la que se produce en países vecinos a un precio menos subsidiado.