El giro dado a la conducción y control de la seguridad ciudadana por el nuevo Ministro del Interior para arremeter contra la delincuencia a través de la intensificación de patrullajes en todos los sectores urbanos y de manera especial en los más peligrosos mediante la Policía Nacional, nos parece lo más apropiado para por lo menos amedrantar a los delincuentes, propósito que se conseguiría si se cuenta además con el apoyo y respaldo de las Fuerzas Armadas. Eso, decretando el estado de emergencia para combatir la delincuencia, cerrando las fronteras para una migración selectiva, repatriando a todos los extranjeros indocumentados, con la revisión de las condiciones de los refugiados que hacen mal uso y abuso de su ingreso al país. Poner mano dura en la Dirección de Extranjería para que no permita la influencia de tanto tramitador, haciendo a un lado a los profesionales del derecho, para conseguir visas al margen de la Ley para extranjeros que vienen a agravar la situación de seguridad. Para patrullar las grandes ciudades, talvez sería conveniente que el Ministro del Interior considere contar con convenios con taxis para que los conductores a través de las radios se comuniquen con la Policía, cuando vean situaciones sospechosas de asaltos en las calles y viviendas. Ojalá así se contribuya a la tranquilidad y paz ciudadana limitando a la delincuencia.