¡Qué pena!

Julio Ramiro Reinoso Vaca

Debo confesar que soy uno de los ecuatorianos que dio el voto para Presidente de la República por el economista Correa. Pero también debo confesar que me da vergüenza y decepción cuando sale con exabruptos nada dignos de alguien que ostenta la primera magistratura. Es por demás reprochable la actitud que tuvo el presidente Correa con la Vicealcaldesa de Guayaquil en la ceremonia realizada en esa ciudad con la presencia de mandatarios de otros países. Muy “valiente” se mostró en su discurso atacando inmisericordemente a una mujer que fue la concejala mejor votada en las últimas elecciones; peor aún, en la última sabatina hizo gala atacando nuevamente a esa dama, burlándose de sus características físicas y de su apellido, demostrando que su animadversión hacia las mujeres es recurrente.
Basta recordar el trato que suele dar a las mujeres que no son de su agrado, recordemos las frases de “gorda horrorosa”, “silencio majadera” y otras por el estilo. Todo esto sumado a la intolerancia contra quienes no comulgan con sus ideas. Un hombre, y sobre todo un Presidente de la República debe demostrar que ante todo es un caballero, y bajo ningún concepto se justifican los agravios a una mujer y peor aún en un evento de características internacionales como el “celebrado” en nuestro país.
¡Qué vergüenza!, señor Presidente. Públicamente debería disculparse no solo frente a esa dama, sino ante el pueblo que lo eligió.