Los presidentes de Colombia y de Venezuela, Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro, respectivamente, deben tener mucha prudencia para resolver los problemas bilaterales, fronterizos de ambas naciones.
Santos se refirió y criticó en términos muy violentos al decir que la Revolución Bolivariana, era un fracaso y otros problemas internos como la crisis económica de Venezuela, etc. Además, que su país es un ejemplo de una verdadera democracia y que la violencia había disminuido, es decir ‘un paraíso’. Pregunto, ¿de qué democracia y paz habla? Cuando se tiene ‘rabo de paja’ es mejor callarse: dónde quedan las guerrillas, el lavado de activo y el narcotráfico, que contaminan a países vecinos… Ya se habla de confrontación bélica entre ambos países.
El presidente Maduro puede pensar que esto sería la solución, para distraer al pueblo venezolanos de sus problemas internos.
Da la impresión que ambos mandatarios son miopes y no ven los éxodos de migrantes sirios, de otros árabes y africanos que buscan refugio en el continente europeo, causando por la maldita guerra. Un gran problema migratorio difícil de contener.
Hay que evitar la confrontación con el diálogo para resolver los problemas, dejando a un lado de intereses externos que incitan a la confrontación entre hermanos sudamericanos.