Con buen criterio, el señor presidente Lasso ha dispuesto que su Gabinete se norme con un Código de Ética para lograr una buena gobernabilidad.
Opino que se quedó corto en su apreciación ya que un Código de principios morales y cívicos nos hace falta como ciudadanía si consideramos que, sin ser una camisa de fuerza, sería saludable que exista una norma que nos sirva de orientación en nuestros actos públicos como privados.
Sería un ejercicio de buena conducta y de comportamiento acorde con los principios que rigen en la sociedad en su conjunto ya que sin tener el carácter de obligatorio, nos serviría para medir nuestro grado de madurez y respeto mutuo para una convivencia pacífica. Ojalá se acoja esta sugerencia que no tiene otro objetivo que el de hacernos más unidos y solidarios.