Inseguridad pública

Es común que la gente se movilice en transporte público para dirigirse a sus labores diarias, pero también es común observar a personas cometer actos ilícitos dentro de las unidades. Estamos acostumbrados a tener que lidiar con la inseguridad, sin embargo, el centro de atención radica en la frecuencia que cada ciudadano es sometido a un robo y que las autoridades pertinentes tomen control sobre esto, más aún, cuando los actores son menores de edad incentivados por sus padres forajidos.

El día 10 de septiembre mientras circulaba en el metrovía en dirección a la Ofelia, observé a un niño de aproximadamente 11 años sustraer de un bolsillo el celular de un ciudadano; afortunadamente la víctima sintió al instante y agarró fuerte del brazo al niño exigiendo su devolución. Los pasajeros cercanos quedaron atónitos sobre el incidente y se escuchó a una señora gritar “déjele al niño, no le está haciendo nada, suéltele”. En medio de gritos se acercó el guardia de seguridad a preguntar sobre lo sucedido y detuvieron al menor de edad hasta que se acerque su representante; el niño se encontraba pálido y al instante empezó a llorar, por lo que obligó a que su madre se acercara a la puerta. Lo que me llamó la atención es que la misma señora que gritó refutando la inocencia del niño era su madre; en ese instante abrieron el bolso de la señora y encontraron 5 celulares por lo que fue sometida a investigaciones. Yo me pregunto: ¿cómo es posible que un niño de esa edad cometa ese tipo de actos? ¿El niño será obligado y sometido por sus padres para que actúe de esa manera? ¿Qué clase de educación está recibiendo?  

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