La confrontación entre gobierno y medios, personajes e instituciones vinculados al poder económico y político nacional e internacional, a propósito de la libertad de expresión y las sentencias cuestionadas, nos expone a los ciudadanos al fuego cruzado.
Sin duda, resultan desmedidos los dictámenes impuestos, aun bajo el pretexto de sentar precedentes frente al abuso, a veces calumnioso, de algunos periodistas y medios.
Entre las armas de la oposición está un manifiesto de 100 escritores al que se suman editorialistas ecuatorianos. Da pena, sin embargo, que se hayan alineado en este conflicto de poderes, destacados escritores como Héctor Abad Faciolince, pujante y notable, cuyo padre Héctor Abad Gómez, científico, maestro y defensor de los derechos humanos, fuera asesinado por sus ideas en 1987 en la dictadura constitucionalista que domina Colombia hace varias décadas, como ha sucedido con muchos otros patriotas latinoamericanos. El Estado, los gobiernos, las instituciones y los ciudadanos, debemos respetar la dignidad y los derechos humanos de todos.