La proclama del presidente Lenín Moreno de hacer una “cirugía mayor” a la corrupción, con el inexorable paso del tiempo, por falta de resultados, se va quedando en una “cirugía menor”, por la inacción de los encargados de llevar a cabo la tarea de seguir la pista de los que han perjudicado al Estado en cuantiosas sumas, desde una posición burocrática o mediante las famosas contrataciones a dedo, dineros que deben ser resarcidos al Estado en razón de que pertenecen al pueblo, el verdadero perjudicado. Ante esta realidad cobra vigencia la frase del Dr. Vladimiro Álvarez Grau “dónde está la plata” en razón de que, han caído algunos “peces gordos”, plenamente identificados, el dinero de la corrupción no asoma por ningún lado. Algunos países como Guatemala y Brasil, se han asesorado bien y han hecho esfuerzos para la recuperación de los ingentes recursos robados, por lo que sería positivo seguir los ejemplos de los países que están más adelante en esta lucha difícil pero no imposible de que la justicia llegue a los que son poseedores de mala fe y que han tenido la habilidad para esconder una fortuna que se calcula en la astronómica suma de USD 35 mil millones. La paradoja es que mientras el gobierno se bate en la peor penuria económica, los ladrones de “cuello blanco” pasean su impunidad por el mundo.