La famosa expresión latina panem et circenses (pan y circo) resumía todo lo que los gobernantes de la urbe requerían para manejar a la plebe y mantenerla entretenida, el Ludus Maximus, la atracción de atracciones más popular del mundo romano.
En nuestro país ahora están reeditando en estos tiempos modernos y de la revolución ciudadana este tipo de actos para desviar la atención de lo más importante y con profunda tristeza los ecuatorianos estamos asistiendo a un acto circense y bochornoso, protagonizado por quienes son los llamados a predicar con el ejemplo y cordura.
Ahora tenemos un hombre Marlboro que reta a puñetes a otro que no quiso quedarse atrás. Habrá quienes festejan la hombría del retador y hacen barra a su “coraje” y de hecho ya habrá apuestas para ver quién es quién. Vergonzoso y lamentable, ¿esa es la manera de hacer política? Mientras nos sumimos en la más profunda crisis económica y de valores de los últimos tiempos. En este país de machos, los que no somos buenos para los golpes estamos fritos. ¡Todos al circo!