El chulco se hace añicos

Debemos un homenaje al Decano. No se contentó con la docencia: formó todo un discipulado con mística. Fortalecerá –con los seguidores que manejan talleres contra el chulco- los ingresos del Fisco. ¡Qué buena iniciativa la de que se trate –a los chulqueros y a quienes, semianalfabetos las mayoría de las veces, de la noche a la mañana, de la tienda de arrabal, aparecen dueños de múltiples edificios –sí, se trate igual que a los más buscados! El que se restaure, el 25 por ciento de lo que recauda el Fisco, al que denuncie a estos animalejos, multiplicará los fondos del pueblo. Igual, la economía de la gente que genere el acto cívico que lleve a que se pesque, uno tras otro, a esta especie –caterva- de malhechores que vive en las tinieblas. Entusiasman los programas de radio que reflejan los talleres que conducen quienes se inspiran en lo que, por años y años, enseñó el Dr. Carlos Reyes, decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central, acreedor a un homenaje nacional.

Suplementos digitales