Debo felicitar la iniciativa de alquilar casas restauradas del Centro Histórico de Quito para que las ocupen las diferentes embajadas acreditadas en nuestro país. Esta medida, sin duda ayudará a promocionar el Centro Histórico colonial más hermoso del mundo, pues ha sido costumbre que las embajadas ocupen casas en los barrios más adinerados y que no se identifican con la ciudad, capital del Ecuador. Sin embargo el descuido evidente en el que está Quito, el alto nivel de delincuencia, el tráfico que no es posible controlarlo de una manera adecuada y otros factores que no ayudan a mejorar el vivir en Quito con seguridad y comodidad, quizá afecte a la zona que se ha determinado para que ocupen las embajadas; razón por la cual me temo que aunque la iniciativa es de reconocer favorablemente puede ser contraproducente cuando, ojalá me equivoque, los diplomáticos y/o sus visitantes o invitados demoren horas en llegar a una casa determinada o sean víctimas de la delincuencia. Esto ocasionará obviamente que nuestra ciudad sufra un desprestigio a escala internacional.