Este mes se cumple el centenario del natalicio en Quito, el 26 de diciembre de 1920, del Teniente de Carabineros Héctor Guillermo Cordovez Olmedo, caído heroicamente en defensa de la frontera sur, 21 años después.
Señala su biografía elaborada por el Instituto de Estudios Históricos de la Policía Nacional (Inehpol) que a los 18 años optó por ingresar al curso de profesionalización en lo que sería posteriormente la Escuela Militar de Carabineros. Realizado el curso durante diez meses, egresó como Subteniente en noviembre de 1938, integrando el orgánico del naciente Cuerpo de Carabineros. Destinado entre 1938 y 1940 a Guayaquil, Quito y Loja, retornó a laborar al puerto principal en mayo de 1941 y en julio se produjo el conflicto bélico con el vecino del sur. Ante la emergencia nacional, es conformada la Brigada Quinta “Guayas” con unidades militares y de carabineros. Con el Batallón de Carabineros “Guayaquil Nro. 2” estuvo en el destacamento militar de Quebrada Seca, provincia de El Oro, cuando entre el 23 y 24 de julio de 1941 se produjo un desigual combate en el que fallece el Subteniente Cordovez, abatido por las fuerzas invasoras. Hasta la presente fecha, no se han esclarecido las circunstancias de su trágica muerte y su cadáver nunca fue encontrado, presumiéndose que fue inhumado en el sector por los soldados peruanos.
En agosto de 1941 es dado de baja por haber fallecido en acción de armas y es ascendido post-mortem al grado de Teniente. En julio de 1966, con motivo de el XXV Aniversario del conflicto y la iniciación de construcción del Templete de Héroes en la antigua Escuela Superior de Policía, se leyó la conclusión de la Comisión Investigadora del Ministerio de Defensa Nacional, “recomendando su memoria por mérito de guerra”.
Ni su nombre ni su acción no son demasiado conocidos en el ámbito nacional, pero para la Policía es un “Prohombre Policial”, un héroe.