Acabo de leer el artículo “Si va hacia Ambato” del Sr. Diego Ordóñez y exacta e indeseable situación me sucedió. Llegó a mi mail dos semanas luego de la “supuesta” infracción una multa de 354 dólares por haber rebasado con 78 décimas la velocidad permitida en el rotulo de 70 km/h allí instalado. Es decir, estaba a 70,78 km/h, y nunca alcancé los 71 km redondos, origen de esta multa tan avanzada tecnológicamente pero tan deleznable contra los ciudadanos de bien.
Muchos ecuatorianos vamos a visitar esa noble ciudad, pero llama la atención la desproporcionada multa económica generada, sobre todo en la actual crisis económica que se vive en el país. Realmente, es un insulto a quienes, al final de cuentas, pagamos los salarios de todos estos funcionarios. Además, cuando uno reclama somos tratados como entes a los cuales nos harán un favor al revisar nuestros casos en el tiempo que ellos lo estimen conveniente, ya que jurídicamente solo podíamos haber apelado dentro de los siguientes tres días laborables y ¡allá en Ambato!
Ojalá alguna autoridad revise estos absurdos, se estudien mejor los límites impuestos por cada municipio y, sobre todo, se haga justicia con mucha gente respetuosa de la ley y que caímos en esta trama sin sentido.