Por lo menos una vez a la semana, después del trabajo y antes de ir a la casa, con los compañeros buscamos huecas de comida típica.
Desde hace muchos años no íbamos a La Floresta, al famoso “Parque de las Tripas”.
Al principio era chévere ir porque la caseritas nos atendían muy sonrientes y el espacio era muy concurrido; pero con el pasar de los años, el lugar ya no era presentable y optamos por buscar nuevos sitios.
Me enteré que el Municipio de Quito, a finales del año pasado, trabajó en la rehabilitación del parque de La Floresta.
Esta zona se ha convertido en un área verde, bonita y amigable.
Los vendedores de los platos típicos ya tienen mobiliario decente, están uniformados y bien ordenaditos. Además, el parque ahora cuenta con baños públicos, que antes no existían.
Por eso hemos vuelto a visitar esta hueca tradicional de Quito.
¡Qué rico, en las noches frías de nuestra ciudad, tomarse un morocho caliente con una empanada!
Las típicas tripas, los menudos, las tortillas y todos los platos son una delicia.
Gracias al Alcalde por darnos estos espacios para la familia y la ciudadanía.