Hablar de “garantizar una verdadera democracia” me parece, al menos, una ironía, sobre todo cuando la Izquierda Democrática (ID) ha sido parte de la demolición del Estado de Derecho.
Cuando Correa convocó a la consulta para que le faculte la instalación de una asamblea constituyente violando la Constitución de 1998, la ID no se opuso, más bien se unió al coro de la izquierda que reclamaba una nueva Constitución. Cuando el TSE destituyó a los 57 diputados reemplazándolos por los diputados de los manteles dando paso a la consolidación de la dictadura correísta, la entonces diputada Vilma Andrade (que hoy quiere resucitar a la ID) celebró ese acto. Que no se quiera decir una palabra del desbarajuste y la corrupción que han sido estos ocho años de correísmo con el argumento de que se está retirando de la política, y, sin embargo, aparece respaldando la recolección de firmas, es una hipocresía. Francisco Llanes.