Funcionarios cuestionados, pero “distinguidos”, “condecorados” con hermosos grilletes-presea. Concejales invisibles cuando les interesa no cumplir con sus deberes cívicos. ¿A dónde hemos llegado? Si aprendimos que nuestra ciudad era bizarra, cuna de libertades, gente sencilla pero honrada, sensible y buena: ¿estamos, acaso, regidos por los muertos vivientes y los ‘showmen’?
No protestamos ante tanta indignidad, no disentimos con el statu quo vigente.
¿Es que nuestra sangre bravía se ha convertido en horchata? ¿Es que lo único que importa es el lucro, vanidad y egoísmo?
Ya no enarbolamos banderas de resistencia y solo estamos cómodos con nuestros celulares, TVs, ‘telemarketing’ y shows virtuales, dejando de lado ética, honestidad, libertad, respeto, dignidad, elementos necesarios para vivir una vida mejor.
¡Despertemos! Merecemos lo mejor, elijamos buenas autoridades, exijamos resultados, observemos y critiquemos su gestión.