En relación a la carta a la Dirección remitida por el señor Francisco Rosales Ramos, publicada por su rotativo el día 28 de marzo del 2016, cuyo título es No a la ley ‘mordaza’, me permito indicarle:
El señor Rosales Ramos hace referencia a la dictadura franquista para decir que en aquel régimen existió censura hacia la prensa en un nivel comparable con el que se vive en Ecuador. Sorprende la capacidad de este señor para tratar con tal ligereza algo tan serio como lo es un régimen dictatorial, con miles de españoles perseguidos, encarcelados, torturados y asesinados por tropas franquistas, o terminaron en campos de concentración nazis.
Pasando al tema que nos compete, es importante recordar a los lectores que los grandes medios de comunicación, en 2013, realizaron una campaña sistemática para desprestigiar a la Ley Orgánica de Comunicación (LOC) tildándola de “Ley mordaza”, cuando en realidad lo que estaba detrás de ello era la necesidad de limitar cualquier tipo de regulación mediática. Este discurso parece repetirse en las palabras expuestas por el señor Rosales Ramos, quien habla de una supuesta imposición de publicaciones por parte del gobierno. En este aspecto, resulta pertinente aclararle que las réplicas y rectificaciones –mecanismos contemplados en la LOC, y que se basan en la defensa de derechos de ciudadanos- permiten contrarrestar el uso abusivo de los medios que, en muchas ocasiones, publican noticias que carecen de verdad o no son debidamente contextualizadas, tergiversando la información que recibe el lector. Además, la persona/institución que solicita una rectificación o réplica, debe probar con datos concretos que la información que fue publicada es falsa o errónea, de lo que se infiere que este mecanismo no es automático como sugiere el señor Rosales.
La ligereza se repite cuando afirma que la LOC “permite un brutal e inadmisible control sobre los medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales”. Por si no ha caído en cuenta, el momento en que medios de comunicación impresos recogen y publican sus ideas, señor Rosales Ramos, es una evidencia que ese ‘control’ que tanto pontifica y que denuncia, no existe.
Por último, no quisiera dejar de mencionar que, en el país, más del 90% de los medios continúan en manos privadas: una realidad que poco a poco va revirtiéndose precisamente por la Ley de Comunicación que permite, por ejemplo, democratizar el espectro radioeléctrico en 33% para medios públicos, 33% para privados, y un 34% para medios comunitarios, y que favorece los derechos a la comunicación de todos los ecuatorianos.
Nota: Esta es una de dos cartas, con idéntico texto, llegaron con la firma de dos distintas personas