La formación de un médico especialista toma unos 14 años (para los doctores de Cuba toma 5 años y sin rural). Luego se puede optar por tres caminos: el IESS, la Sanidad Militar o el Ministerio de Salud en los hospitales públicos, donde están los casos médicos más delicados y más voluminosos.
Quienes optamos por los hospitales públicos, lo hicimos por la cátedra y el volumen de pacientes que permitía realizar estadísticas científicas, para presentar experiencias nacionales en congresos continentales y mundiales y, con ello, elevar el prestigio profesional.
Inexorable, el tiempo ha pasado y cuando se acerca el fin de nuestra misión, llega la época del júbilo (jubilación). Pero resulta que el IESS a sus médicos los jubila a los 60 años con un bono de USD 40 000 más la jubilación patronal, cuya cantidad está en litigio.
Los médicos militares sobre los USD 100 mil y su sueldo indexado. Los médicos de los hospitales públicos debemos esperar hasta los 70 años de edad o una enfermedad catastrófica (mínimo cáncer) para jubilarnos. En esa espera varios colegas han quedado en el camino y varios otros han superado la barrera de los 70 y siguen en la espera. No importa que la Constitución proteja a los ciudadanos de tercera edad como personas vulnerables y que ya lo dieron todo. No importa que sobrelleven enfermedades profesionales y que el IESS recomiende la jubilación. No importa que a esta edad uno esté en peligro de las ya famosas demandas médicas por el tipo de paciente tan crítico de los hospitales. No importa que hayamos sido arrancados de nuestros hogares en los dos conflictos con el Perú para residir dos meses en los hospitales de frontera. No importa que no nos hayan nombrado héroes de guerra, hay que esperar a los 70 años y más.
Al hacer un reclamo de la desigualdad con los empleados de los mismos hospitales resulta que no hemos trabajado, hemos “funcionado” como funcionarios del hospital y a aquellos se les entregó USD 80 mil de promedio por 15 o 20 años de trabajo; privilegiando así el país a las escobas frente a los bisturís, no porque no sea un trabajo digno sino por un trato injusto. Esta tal vez sea una de las respuestas contundentes a la pregunta que toda la sociedad se hace sobre ¿por qué ya no hay médicos especialistas de prestigio en los hospitales públicos desde hace 5 años?
Quisiera un criterio del Ministro del Trabajo, hombre fuerte del Gobierno pero frontal en sus conceptos, y del Sr. Freddy Ehlers, para que interponga sus buenos oficios para que nos dé la felicidad de morir junto a nuestras familias.