Cuando vemos con preocupación que el país está enfrentado a una profunda crisis moral y ética, ocasionada por los casos de corrupción, cuanto nos hubiera gustado, que el presidente Moreno hubiese conformado la terna para elegir al segundo mandatario del país con los nombres de alguno de los muchos ciudadanos sin tacha que existen en el Ecuador, personas que por su honradez, rectitud e integridad, generen confianza.
Ciudadanos desvinculados por completo de los obscuros manejos políticos del pasado. Pregunto si habrá confianza en personas que hasta hace pocos meses atrás defendían con ahínco y gran entusiasmo tesis, posturas y principios a los que ahora se oponen y atacan con el mismo entusiasmo y dedicación. Es dable, pregunto, que un segundo mandatario presente tales virajes en sus criterios y posturas. ¿Se puede confiar en ellos?