¿Cuántas personas no se sienten satisfechas con la distinción de hombre y mujer en el Ecuador? ¿Muchas? ¿Pocas? Da igual. El centro de la cuestión que se analiza es la posibilidad de la inclusión de cuantos géneros existen o puedan existir, según las tendencias, preferencias y circunstancias de la persona, dentro del sistema del Registro Civil, en concreto la cédula de ciudadanía. Esto nos hace pensar que si bien hemos progresado en la conquista de derechos y hemos progresado también en la manera de ejecutar ese reconocimiento en un plano práctico, ¿no estaremos yendo muy lejos en el impulso “reconocedor” de derechos?
Si el día de mañana se me ocurre un nuevo derecho que entiendo se me está vulnerando y me junto con mis amigos para luchar por él, ¿el Estado está necesariamente obligado a reconocerlo? Me parece que este tema da para mucho, incluyendo la necesidad de volver a las bases: la justicia, la naturaleza, lo bueno, lo bello y etc., para decir qué son derechos, que son caprichos y que se legisle según los primeros y no sobre los segundos.