Estoy muy a gusto con lo que he visto en Quito y no he visto en mi ciudad. Yo soy oriunda de Ibarra y allí da pena de ver a los jóvenes y niños en vacaciones: En el mejor de los casos jugando fútbol y peleando de rato en rato. En el peor de los casos vagando o dedicados a los vicios e incluso a la delincuencia; y es que los padres trabajamos y en muchos casos no tenemos quien nos dé viendo a los chicos en sus tiempos de ocio.
Por desgracia no faltan las malas compañías para salir del aburrimiento y la curiosidad propia de la juventud que puede llevar a situaciones indeseables.
En Quito vi mil alternativas de cultura, deportes y recreación. Colonias vacacionales a lo largo de todo el Distrito Metropolitano, a órdenes de los jóvenes especialmente los de escasos recursos, por el Municipio.
Qué bueno y digno de imitar, eso de usar los fondos del cabildo para este tipo de servicios de invalorable utilidad para las familias, en vacaciones.